lunes, 13 de marzo de 2017

La guerra Perak: la tirita para el orgullo herido del Imperio Británico.

Debido a sus posesiones imperiales en la India, el Imperio Británico tenía interés en Malasia. En 1826 se habían establecido en Penang, Malaca y Singapur.

La anarquía en la península malaya junto con la piratería hicieron que el Imperio comenzase a ver amenazada la estabilidad de los asentamientos del estrecho, por lo que más tarde o temprano habría que actuar. 


La influencia británica en Perak, un estado en el noroeste de Malasia, se inició en 1818 cuando tras una negociación entre el Imperio Británico y el sultán Abdullah, se abrió la puerta de entrada a la administración británica permitiendo a Gran Bretaña enviar su primer residente, James Birch, hombre intolerante pero con experiencia administrativa, para hacerse cargo de los asuntos administrativos gubernamentales del lugar como consejero británico oficial del sultán Raja Abdullah. Los motivos de Abdullah para firmar dicho tratado fue a causa de las reinante inestabilidad de Perak debido a la guerra entre bandas opuestas de mineros de estaño chinos.
James WW Birch
hicieron tratados comerciales por primera vez con los jefes locales, el Imperio Británico ya había echado el ojo a Perak.

Poco después de su llegada en 1874, Birch cambió muchos de los procedimientos y políticas anticuadas e ineficientes tradicionales de las élites indígenas de Perak, especialmente las relativas a la recaudación de ingresos y la esclavitud intentando acabar con el sistema de relaciones personales muy similares al feudalismo que manejaban el sultán y los jefes. Ante estas modernizaciones en parte impuestas por el Imperio Británico que trastocaban el poder e intereses de los gobernantes locales, el sultán de Perak y algunos jefes malayos se reunieron en secreto en julio de 1875 decidiendo así deshacerse de Birch, promotor de la modernización e icono de la influencia extranjera.

Así pues, Birch, fue asesinado por uno de los jefes junto a sus guerreros en el Alto Perak mientras proclamaba nuevos impuestos, Birch intentó huir a través de un río pero no sabía que ese río sería su tumba. Ante este asesinato y ofensa, el Imperio Británico vio la excusa perfecta para enviar a sus tropas de inmediato para eliminar toda resistencia a sus planes en Perak. El Gobernador de los Estrechos, (Singapur y Hong Kong), temiendo una sublevación general, telegrafió a la India pidiendo 1.500 soldados. La India no estaba obligada a prestar asistencia, pero lo hizo con tanta rapidez enviando las tropas del subcontinente, procedentes de  Birmania, Singapur y Hong Kong. Mientras tanto, la Royal Navy respondió con entusiasmo y desplegó los buques disponibles, formando semejante fuerza de choque que nadie podía desafiar al Imperio Británico, había que dar ejemplo con el castigo, comenzando así la Guerra Perak.


Ilustración sobre la Guerra Perak
La Guerra de Perak se concluyó en 1876, como consecuencia, los sultanes y jefes recalcitrantes a la inclusión británica, habían aceptado la derrota. Tres líderes insurgentes fueron ahorcados y otros tres fueron expulsados ​​de Malaya y el sultán Raja Abdullah fue depuesto. Tras esta Gran Bretaña había ampliado su Imperio en una región rica en minerales y tierras agrícolas. Sin embargo, los malayos no olvidaron que su país y su riqueza les habían sido arrebatados por la fuerza, viéndose hoy en día a los insurgentes como héroes que resistieron una invasión. Los malayos habían logrado detener la creciente influencia política y económica británica; posteriores residentes británicos, sin embargo, no trataron de hacer cambios por su cuenta, sino que operaban en forma conjunta con los gobernantes malayos nativos. Aun así, Malasia ya tenía escrito su destino, un destino unido o subyugado a los intereses de los "modernizadores" británicos.

Fuentes:
http://www.sabrizain.org/malaya/perak.htm
-AA.VV. The Cambridge History of Souteast Asia. Volume two. Cambridge University Press. 2008
--MATHESON HOOKER, Virginia. A short History of Malaysia.


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